Dino Battaglia

Dino Battaglia (Venecia, 01.08.1923 – Milán, 04.10.1983) es uno de los primeros grandes Maestros del Noveno Arte en Italia y uno de los más célebres protagonistas de los «cómics de autor» entre los años sesenta y setenta. Su arte, tras los primeros años en el mundo de la publicación popular -con numerosas obras de aventuras, western y guerra- aterriza rápidamente en revistas clave de la Italia de la posguerra, como «Sgt.Kirk», «alteralter» (para la que crea su único personaje de serie, el Inspector Coke, del que realiza dos cuentos – I delitti della fenice e La mummia – dejando el tercero inconcluso) y luego «Corto Maltese». Colaborador histórico también de «Il Giornalino» (para el que publicará una adaptación de Gargantua y Pantagruel), y del «Messaggero dei Ragazzi», produce una interminable serie de cuentos para «Il Corriere dei Piccoli» y «Corriere dei Ragazzi» y «Linus», incluidas las famosas historias de ciencia ficción I cinque della Selena e I cinque su Marte.

Amigo desde hace mucho tiempo, además de estimado colega, del milanés Sergio Toppi, quien a menudo lo ha citado como una de sus principales fuentes de inspiración, y un modelo reconocido para famosos diseñadores contemporáneos como los «Dylandoghians» Corrado Roi o Giovanni Freghieri, durante su variada carrera se dedicó con gran pasión especialmente a las adaptaciones a cómic de obras de la literatura, entre ellas Moby Dick y algunos cuentos de Guy de Maupassant.

A lo largo de los años, su estilo oscuro y fúnebre y las atmósferas grotescas y góticas de sus mesas traducen secuencias inolvidables extraídas de los cuentos de Edgar Allan Poe, H.P. Lovecraft y Hoffmann.

También es histórica su colaboración con Sergio Bonelli Editore, en ese momento Cepim, dentro de la serie ««Un uomo, un’avventura» con los relatos L’Uomo della Legione e L’Uomo del New England. En 1975 fue el primer autor italiano en ganar un premio en el Festival de Angoulême, como «Mejor diseñador extranjero».

Dando cuerpo a atmósferas indefinidas y misteriosas, y evocando con su punzón silencios inquietantes y luces deslumbrantes -también gracias al apoyo de una técnica poco habitual en los cómics como es el tampón- sus creaciones siguen siendo modernas y sugerentes por su elegante y perturbador poder expresivo. .